viernes, 6 de agosto de 2004

Hace unos días vengo leyendo un pequeño texto de Louis Bouyer: ¿Humano o Cristiano?.

Es de 1958 y tiene apenas 130 páginas. Pero hay que leerlas despacio.

Parece de lo más tolerante y ecuménico: tiene palos y caramelos para casi todos.

ver

"A veces sucede, por ejemplo en la época constantiniana, que la misma ciudad de los hombres afirma su deseo de ser integrada en la ciudad de Dios, de apropiarse sus costumbres y sus leyes. La ciudad de Dios no puede oponerse sin más a tales avances, pero tampoco puede acogerlos sin crearse una especie de refugios, de espacios inaccesibles a cualquier ciudad terrestre, donde se sumerja en las purezas de las exigencias divinas. La adhesión de la ciudad terrestre a la ciudad de Dios, en la era constantiniana, hubiera sofocado ciertamente la ciudad de Dios en la tierra, si ésta no se hubiera preparado esa zona liberadora, purificadora, que fue la vida monástica, a parecida de repente y extendida tan de prisa en toda la nueva cristiandad.

Sin embargo, a pesar de este respiro de aire compensador, el precio inevitable de las 'conversiones de Constantino' fue, para la Iglesia, el desembocar en la Roma de un Alejandro VI o de un León X... ¡Con qué desgarramientos dolorosos y casi mortales se pagan, tarde o temprano, esas conquistas en las que uno mismo es conquistado! Con más razón aún, la construcción de la ciudad de Dios no puede reducirse, ni siquiera superponerse simplemente, a la construcción de una ciudad que los hombres han querido hacerse, si no es a costa de rechazar, o al menos olvidar, a Dios. Una sociedad fundada sobre el interés no puede ser un auténtico esbozo y, menos aún, una realización implícita del reino de Dios. Tampoco podrá serlo una ciudad fundada sobre la rebelión contra los dominadores..., provocada por quienes quieren asegurar para todos lo que unos cuantos se habían reservado hasta entonces. O, para ser más exactos: una civilización cuyo fundamento es simplemente el dominio del hombre sobre los recursos materiales del universo no es ni cristiana en el fondo, ni cristianizable..."