lunes, 13 de septiembre de 2004

Hace años me topé con un librito de poesía religiosa, que cada tanto vuelvo a repasar. No sé nada de la autora, Paulina Crusat (ya sé que podría buscarla en la biblioteca de Babel, pero no se me da la gana...)

Me gustó de entrada el título: Voces que te han cantado.

La autora recopila una serie de poemas de asunto religioso -cristianos- en varios idiomas, con sus respectivas traducciones.

Hay un capítulo para la Poesía catalana. Algunas cosas gustan más que otras, y algunas no gustan. Pero, en todas, la lengua catalana suena tan a propósito para la poesía, que podría pensarse que debería usársela para eso y para nada más.

Con un epígrafe de Venancio Fortunato: O Crux, ave, spes unica! (alguna vez habrá que hablar de este poeta medieval tan afamado) está este poema de Joan Sales, tomado del Diari d'un moribund:
Adéu a la Creu del Sud

I ja ho veus: menys que un buf de vent en un desert
és a la fi la vida humana.
Una mica de pols que s'alça, gira, es perd
i es dissipa, resseca i vana.

Guaita el cel: una creu al sud i una altra al nord.
Onsevulgui que l´home fugi,
veu aparèixer al fons del cel quatre claus d'or,
horror glaçat, últim refugi.

Omplint una buidor infinitament gran,
sols Tu, màquina de suplici,
de l'infinitament petit i palpitant
fas créixer un etern edifici.

Sin ansiedades. No hace falta traducirlo... todavía. Creo que bien se puede dejar que los sonidos drenen. Incluso hasta sin saber la pronunciación exacta.