viernes, 10 de septiembre de 2004

Hoy es la fiesta de San Nicolás de Tolentino.

Murió a principios del siglo XIV, alrededor de los 60 años, cuarenta de los cuales pasó en la orden de san Agustín.

Su vida está llena de milagros y maravillas, tantos que llega a parecer increíble, y podría resultarle fantasiosa a más de uno si no fuera que casi todos los santorales dicen lo mismo de él. Después de su muerte, no es menos impresionante y milagroso.

Entre otras cosas, se le apareció a Santa Rita de Cassia, junto con San Agustín y San Juan Bautista, de quien la santa era muy devota, para 'llevarla' al convento agustino donde profesaría toda su vida la patrona de los imposibles.

Es curioso -y una pena- lo poco conocido que es entre muchos. Probablemente, porque su homónimo de Myra, el 'famoso' San Nicolás de las fiestas navideñas del norte, se lleva todos los aplausos...

Lo cierto es que este día es de varios recuerdos cruzados para mí. Por lo pronto, mi abuelo materno, Nicolás -que era un gran hombre-, cumpliría 109 años. Por su parte, uno de mis hijos, Nicolás (por su bisabuelo lleva el nombre, así que hoy es su santo), tendrá que saludar a su padrino de bautismo, que cumple 49 años precisamente hoy.