sábado, 9 de abril de 2005

¿De veras?

¿Se convirtieron hoy en marido y mujer?

¿Recibieron la bendición por parte del arzobispo de Canterbury, Rowan Williams?

¿Carlos y Camilla contrajeron matrimonio por civil en apenas veinte minutos, en una ceremonia a la que no asistieron la reina Isabel II ni su esposo, el duque de Edimburgo?

Hay una cosa que no entiendo (claro que el protocolo de la cuestión se me escapa por todos lados): ¿Por qué no fue al civil la reina si "al servicio religioso asistió la soberana"?


Ese respeto al sagrado recinto del ayuntamiento del pueblito de Windsor, no deja de ser conmovedor.

O será que como no había matrimonio religioso...

Habría que ver.

Aunque, tal vez soy un mal pensado y su majestad quería estar presente cuando el príncipe y la príncesa de Cornualles (Ay, Arturo...) pidieran perdón. Porque tiene su miga el asunto de las bendiciones y penitencias, no vayan a pensarse que es moco de pavo...

Ahora bien, dice la noticia que "...después de 30 años de relación en secreto ..."

Pero, no hombre, por favor... No sean pavotes, oigan...

¡Secreto! ¿Relación en secreto?

Secretos, lo que se llama secretos, hasta yo conozco y de verdad que los que sé no los puedo decir.

Además, desde hace varios siglos la cosa menos secreta en Inglaterra y en el mundo es el cachondeo de los príncipes ingleses (si es que los Windsor son ingleses...)

Si quieren hablen de quién es el dueño de Inglaterra, de la masonería escocesa, de las misas negras, del pacto Roca-Runciman, de los sacrificios humanos, de los monos sagrados del Vaticano, qué se yo, de lo que se les ocurra. Pero parece mentira que en la tierra de James Bond no sean más discretos con la palabra secreto...

¡Qué cosa este mundo! ¡Qué manera de regalar sustantivos y adjetivos y verbos y adverbios!