viernes, 24 de junio de 2005

Ganamos o perdimos, y listo...


Ya sé, ya sé...

No solamente soy un ignorante completo en estas matemáticas redondas.

Me confieso, sobre todo, un insensible para el cuentaporotismo basquetbolístico. Aunque hable de millones de canastodólares...

Me parece imposible concentrarme en un juego (y ni qué decir de disfrutarlo), si tengo que ponerme a contar 2 asistencias; 1 3/4 de rebote; 2 3/5 de faltas personales; 0,25 milésimas de nanosegundo frente al aro; 27 y 6/8 de puntos dobles y la sexta parte de la raíz cúbica del coeficiente de Detroit en la temporada en la que jugó el maravilloso Jimmy 'el cartílagos de bronce' Stupenheimer...

Y que haya algunos que con insolente solvencia citen de memoria planillas completas con medidas de largos de brazos y número de volcadas memorables en el aro desde 1934, siempre en relación con el Ecuador de Marte y el eje terrestre sumadas las mareas bajantes en la costa sur del golfo de Texas, no puedo evitar que me parezca una gansada solemne.

Me tuvieron harto durante todos estos últimos tiempos los anteojudos estadígrafos con sus relatos de calculadora científica con senos, tangentes y cosecantes..., y todo para contar como diez tipos juegan a la pelota...

Pero, ya está... Ya pasó.

El pibe ganó, jugó bien.

Y listo.

¡Qué tanta milonga...!