lunes, 29 de agosto de 2005

+ x - = -

La muchachita, con voz de animadora de misa católica, nos introdujo en la lectura del Evangelio:
-El apóstol Pedro no quiere asumir la perspectiva de la cruz...
Y no dijo más.

(Uau, pensé, si esto empieza así...)

Nos ponemos de pie y el Señor esté con ustedes...

El párroco leyó el atragantante texto de san Mateo y pasó a las palabras aladas de la homilía.

Ahora bien.

Lo que pasa es que, para ser franco, este buen hombre tiene una cosa dialéctica de pesimistas vs. optimistas, el pobre, que algún día le va a dar un disgusto. Tiene una cosa ideológica que más que nada creo que es escándalo frente al mal.

Por supuesto que esa cosa de flagelantes incontinentes, ese gusto por el atletismo moral de la resistencia al dolor, y de la búsqueda pseudovirtuosa del sufrimiento, todo eso es tan farisaico, tan teatral, es tan bastante estúpido, concedo, y es una caricatura de la Cruz, requeteconcedo.

Pero el buen hombre no para en gastos cuando de esquivar lo obvio se trata. Especialmente si lo obvio no le permite sacar adelante su tesis: Dios es amor (lo que quiere decir una cosa completamente distinta -aunque por un pelo de ángel de diferencia- de lo que ustedes están pensando que quiere decir...)

Finalmente, después de tratar de cubrir los >15 minutos canónicos que parece se necesitan para que la prédica resulte 'seria', llegó a un escalón de lo más interesante:
-Miren, les voy a decir una cosa que suena a herejía, que es una herejía: no es la cruz lo que nos redime, es el Amor de Dios. Sí, claro, por supuesto que está eso de que "...por tu santa cruz redimiste al mundo", y todo eso que siempre decimos... Pero no es la cruz, es el amor...

Y así siguiendo un ratito más.

En fin, ¿qué quieren que les diga?

Tiene razón y está completamente equivocado.

Ahora bien, como + x - = -, resulta que está completamente equivocado.

Porque, al fin de cuentas, con tanta prevención ante la cruz y los dolores, con tanta ansiedad por corregir y resignificar el "misterio" de la Cruz (como del mal y de la muerte y del dolor), este buen hombre -como bien le indicara ya al principio la muchachita con voz de animadora de misa- parece que no quiere asumir la perspectiva de la cruz.