martes, 20 de septiembre de 2005

Miss Hebert

En su Crítica Literaria, Leonardo Castellani tiene una serie de artículos y notas de diversas épocas sobre G. K. Chesterton.

Entre ellas, hay un pequeño capítulo que se llama Dos noticias sobre Chesterton y que corresponden a la aparición de Santo Tomás de Aquino, es decir, 1933.

Antes de la breve recensión del libro, hay una especie de miscelánea.
Retruque galante

El gran escritor inglés e ingenioso apologista G. K. Chesterton no ha perdido, con sus 70 años, su buen humor (eso nunca) ni su galantería. Cuentan los diarios ingleses que catequizando a una joven anglicana, Miss Hebert, la cual le objetaba la rareza de que Cristo eligiera por ánfora sacramental el pan y el vino y la crueldad de la Iglesia al imponer el celibato a los sacerdotes, va el gran humorista y le dirige en verso el siguiente argumento ad hóminem (o mejor dicho ad féminam):

To others and of old I would have said
That dogmas deep as questioning Christendom
Sleep in the sundering of the wine and bread
And that incarnate Christ in every crumb.

For you I find words fewer and more human
Content to say of him that guards the Shrine:
To drink this wine hast lost the Love of Woman,
Yea, even such love as yours: to drink this Wine!

Que mal traducidos (no es posible dar la enérgica concisión del inglés) quieren decir:

A otros y en antaño hubiese dicho
que dogmas hondos cual la Cristiandad
yacen en el partir del pan y el vino
y que se encarna Cristo de nuevo en cada pan.

A ti, menos palabras más humanas
me bastan: que el que sirve en ese altar
por beber de tal vino dió el amor femenino.
Sí, un amor como el tuyo, por beber vino tal.


Algunas tonteras. Puede ser un error de imprenta; en cualquier caso, Chesterton tenía más bien 60 y no 70 en esos años. En cuanto a la acentuación de las palabras latinas, Castellani usa la forma eclesiástica. Por entonces, además, dió llevaba tilde.