martes, 15 de noviembre de 2005

Cuestión clave

Están las cosas que dice John Le Carré, y que tal vez merecerían algún comentario, especialmente en atención a que me (nos) ha dado tantas horas de sabrosas pinturas de hombres y asuntos humanos.

Sí, claro.

Pero, no.

En la nota 6 al capítulo III de su Lingüística y Filosofía (El Lenguaje como hecho humano, pág. 100-101), Étienne Gilson está hablando de un asunto que es central y del que dependen más cosas más importantes que las que dependen de Bush, de Blair o del Islam y de casi todo lo demás.

Para los que tengan algún interés por el lenguaje humano, especialmente visto desde la margen humana del asunto, la cuestión más curiosa es el modo en que se asocia un significado a una determinada voz, a determinados sonidos.

La forma ligera de plantearlo es: por qué una cosa se nombra con determinados sonidos, de dónde salieron los sonidos para nombrar a una cosa.

En el lugar que cité, Gilson refiere "el amplio tratamiento de la cuestión en Alberto el Grande, Summa de creauturis, Pars II, q. 25, art. 1-4."

Dice el francés, finalmente, que, después de hablar de cómo la especie inteligible que está en el intelecto puede descender a las palabras,
Alberto se adentra ahora valerosamente en una explicación científica detallada de la dificultad central: ¿Cómo se asocia el significado a la voz? Ligado a la noción, hoy día pasada de moda, de species (a la que, por otra parte, no se ha reemplazado con ninguna otra), esta explicación se ha convertido en una curiosidad arqueológica, pero es notable que la problemática medieval del problema permanece y, a mi juicio, todavía no se han encontrado las respuestas.

¿Qué Alberto? ¿El Grande? ¿San Alberto?

Pues, sí. El mismo.

Hoy es su fiesta.

Y cómo me gustaría que, ya en la contemplación de todas las cosas cara a cara, Alberto inspirara a alguno, aquí abajo, la respuesta.

Es tan importante.

Aunque tal vez por eso.

Tal vez por ser tan importante, no sea cosa para saber todavía.