viernes, 18 de noviembre de 2005

Glosa al umbral

Estas páginas, unos dos años atrás, y más o menos para estas fechas, empezaban con una copla de Juan Álvarez Gato, un autor del siglo XV que encontré por entonces leyendo el Cancionero español:
Mundo, quien discreto fuere
cierto so que no t'alabe;
quien te quiere, no te sabe,
quien te sabe, no te quiere:
yo me despido de ti
por quedar alegre y ledo,
y tornar como nascí,
y porque gane sin ti
lo que contigo no puedo.

Se me hace que tal vez vaya siendo tiempo de que pruebe hacerle una glosa al umbral de esta bitácora.
Dijera lo que dijere,
poco tienes para dar
y de ti no ha de esperar,
Mundo, quien discreto fuere.

Vi que en ti mi amor no cabe,
aunque es pequeño mi amor,
y pues servirte es dolor
cierto so que no t'alabe.

Pero quien loco te alabe
no sabe lo que es querer.
Algo he llegado a saber:
quien te quiere, no te sabe.

Y pues tu amor tanto hiere
y deja al alma vacía,
bien te sabe el que decía:
quien te sabe, no te quiere.

Delicias en ti viví
y es muy dulce en ti morar.
Pero si en ti he de acabar,
yo me despido de ti.

Triste iré si es que me quedo,
Mundo, en tu todo que es nada.
Busco, Mundo, otra posada
por quedar alegre y ledo.

Desnudo al nacer salí,
desnudo me recibiste.
Déjame dar lo que diste
y tornar como nascí.

Porque gane si perdí,
porque gane gran tesoro,
porque gane lo que añoro,
y porque gane sin ti.

Me asista Dios, por si cedo
en aquello que he de amar,
pues con Él he de alcanzar
lo que contigo no puedo.