jueves, 23 de marzo de 2006

Décimas a la tarde de lluvia de abril próximo


De tu simiente tormenta,
Cielo, la lluvia llegó
y en el cielo, Cielo, ardió
mi trueno que se lamenta.
No hace falta que lo sienta;
ni a mi rayo, Cielo, ardido.
Con la lluvia, Cielo, crece
la semilla que sembró
tu dolor, y en él se mece
mi dolor agradecido.

Plácida, armada, lucida,
la nube que corre al viento
va cabalgando y erguida,
ella veloz y yo lento
por la tierra humedecida.
Mi voz feliz se demora
donde sangra el día y arde,
en cobre luz de la tarde,
el ave feliz que llora
la luz de abril que enamora.

Juntos el ave y abril,
La lluvia, la nube, el cielo
Y la luz que dora el suelo
De cobre, verde y añil...
Juntos van conmigo al vuelo.
Y esta tierra humedecida
pasa, la tarde que duele...
Y con dolor o sin duelo
pasa lo que hay en la vida
y la vida, como suele.