domingo, 9 de abril de 2006

Giovannino

Me prestaron un libro muy gracioso: un racconto de Mondo Candido, el periódico que, durante unos 20 años, en muy buena medida escribía y dibujaba Giovannino Guareschi, y allí lo tengo con sus dibujos y viñetas y con su humor gráfico y literario.

Me divierto como un chino...

Lástima que solamente el famoso Don Camilo esté en castellano.

Este libro, que es la primera parte de la recopilación de las notas y dibujos del periódico, está en italiano. Nihil obstat. Se lee bien, se lo aprovecha. Ojalá se lo toparan por ahí...

No tengo que estar de acuerdo en todo. Pero, mientras me hace reír, no me pide que le dé la razón.

Usa un recurso muy eficaz. Sostiene Guareschi -hablando de política pero no sólo...- que el problema es la 'retórica' de unos y de otros. Y tiene más bien razón.

Entonces se pone a parodiar las retóricas con mucha gracia. Y no queda títere con cabeza: fascistas, comunistas, democristianos, clericales y hasta sus queridos monárquicos.

El recurso, como digo, es siempre tentador. Pero tan difícil de operar que hay que usarlo como la sal...

Es de lo más clásico que hay, si uno se fija. Toda la preceptiva literaria, la retórica y oratoria de siempre, tienen un capítulo importantísimo dedicado a escribir 'al modo de...', para hacerse la mano, para encontrar los secretos del oficio imitando a los que mejor escriben o hablan, copiándoles el estilo. Y no hay problema con la dichosa 'originalidad': el que tiene voz propia, la tiene. Y el que no la tenga, igual aprende y le rinde.

Vayan a Cicerón o Quintiliano, a Horacio o a las abominables y almidonadas retóricas del XVIII, revisen la homilética preceptiva. Allí está esa pars artis: Ejercitación, es decir, imitar a los grandes o a los característicos (que no es lo mismo, claro...)

Alguna vez hablé de las Antologías Apócrifas de Conrado Nalé Roxlo, o de algunos escritos de Anzoátegui. Están hechos así, al modo de..., aunque usados como recurso humorístico, más que nada.

No sé si podré resistirme: qué tentación, qué divertida tentación...