domingo, 25 de junio de 2006

Aguas tormentosas

Nosotros oímos estos textos en este orden:
1)
Yahveh Dios respondió a Job desde el seno de la tempestad y dijo:
¿Quién encerró el mar con doble puerta, cuando del seno materno salía borbotando; cuando le puse una nube por vestido y del nubarrón hice sus pañales; cuando le tracé sus linderos y coloqué puertas y cerrojos? "¡Llegarás hasta aquí, no más allá - le dije-, aquí se romperá el orgullo de tus olas!" (Job, 38, 1. 8-14)
2)
Este día, al atardecer, les dice: "Pasemos a la otra orilla." Despiden a la gente y le llevan en la barca, como estaba; e iban otras barcas con él. En esto, se levantó una fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba la barca. Él estaba en popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: "Maestro, ¿no te importa que perezcamos?" El, habiéndose despertado, increpó al viento y dijo al mar: "¡Calla, enmudece!" El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza. Y les dijo: "¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?" Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: "Pues ¿quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?" (Mc., 4, 35-41)
Me imagino que, dos mil años atrás, tal vez lo conocido era lo desconocido y lo desconocido lo conocido. Es posible que un judío piadoso y que conociera las Escrituras, conociera el pasaje del libro de Job, que es por otra parte un pasaje 'fuerte' y se refiere a las preguntas que Dios hará una vez que Job preguntara antes.

Me pregunto si al ver el episodio del mar domeñado por Cristo, aquellas gentes vieron el episodio del interrogatorio de Dios a Job, que además hace referencia explícita al mar gobernado.

Pienso si no es parecido para nosotros, aunque al revés. Y más difícil, todavía. Porque cuando oímos textos de las Escrituras, no sé si podemos referirlos a otras cosas que tal vez conocemos, que nos han enseñado. O si se nos ocurre pensar en qué significan. El caso del mar, por ejemplo. Porque está claro que la concordancia de pasajes no es producto de un buscador internético y que las lecturas que se leen en misa no se amontonan por palabras idénticas, o afines, sin más.

Estas lecturas, claramente, nos obligan a fijar nuestra atención en el mar. Y en un sentido muy claro, con una trama impecable, aunque más o menos oscura y llena de significados.

Uno podría decir que el propio Jesús se aprovechó de eso. Sí, uno podría decir tantas cosas.

El asunto es que allí está un mar que obedece. Y lo que hay en él y flota por sobre él y lo agita y amenaza al hombre, finalmente está obligado a obedecer al que lo domina, a su dominus, a su dueño, que le pone límites. Y ley.

Me pregunto si Jesús pensaba también en esto mismo. Y calculo que sí: "¿Acaso no he dicho ya, hace mucho, cuando le hablé a Job acerca del mar, que Yo le ordené al mar: '¡Llegarás hasta aquí, no más allá, aquí se romperá el orgullo de tus olas!'" Pienso si en su amonestación a los discípulos esto mismo no estaba implíicto.

Y ha de ser que no lo recordaban o no lo sabían, porque, 'temiendo con gran temor' el poder que habían visto, se preguntaban Quién era Él a quien el mar y los vientos obedecían. Y la respuesta está en el libro de Job...

Por otra parte, me pregunto qué significa la pregunta de los discípulos con la que zamarrean a Jesús, y a quién incluye. En griego, el texto dice, más o menos: Didáskale, ou mélei soi óti ápollümetha, lo que se podría entender como: Maestro, ¿acaso no te concierne (a ti) que perezcamos (nosotros)?

Me pregunto a quiénes incluye ese 'nosotros' del verbo. Si en la pregunta Cristo iba implícito. O no. Porque si no lo incluye, si lo que decían era algo así como 'nosotros perecemos en esta tormenta, aunque Tú no perezcas en ella...', sería hasta una especie de oblicuo acto de fe, aun sin que ellos lo supieran del todo. Si, por el contrario, lo que dicen es que 'todos nosotros y Tú pereceremos...', creo que es otra cosa.