jueves, 20 de julio de 2006

El Cedro del Líbano

El amigo Francisco recuerda en un mensaje de correo la predilección del Líbano por la Virgen María y el emblema de esto mismo en su bandera.

Lo bien que hace en recordarlo.

En estos tiempos en los que cada quien parece saber cuáles son sus preferencias y sus bandos. Y cuando cada quien parece saber las razones de sus preferencias y las razones de sus bandos.

Para cuando todavía estén hablando de geopolítica, podremos recordar -si acaso- sobre "las ruinas" de qué podrían estar peleando. Y por qué.

Francisco hace referencia a una oración. Lo bien que hace, también.

¡Oh María, Reina de los montes y de los mares
de nuestro querido Líbano!
Tu pureza es semejante a la blancura de sus cumbres
y se expande como el perfume de las flores.

Tú, oh Madre,
tomaste los jazmines
de nuestros campos,
para que te sirvieran
de corona
en tu título de Inmaculada,

y las cumbres de las montañas,
como plantas de tus pies.
Te rogamos vuelvas las miradas
de tus maternales ojos
y extiendas
tus purísimas manos
para bendecir
a este pueblo,
que desde los primeros
siglos
se ha distinguido en darte
honor
y propagar tu devoción.

Podrá ser ignorado, pero no es nada nuevo o desconocido.

Hay más sobre esto aquí y también, más específicamente, aquí.