miércoles, 15 de noviembre de 2006

Jacarandá

Está bien que hoy llueva, mucho.

Que el cielo esté gris. Acero. Plomo. Hierro.

Está bien.

Y que en medio del cielo gris de la historia (y de las historias), del mismo color de las historias grises, y de la historia gris mirando corto, está bien que haya un jacarandá, dos.

Cientos.

Con la historia gris, acero, plomo, hierro, de fondo.

Aunque sea el gris del alma y de la tristeza del alma.

No importa.

Porque el gris le queda bien al jacarandá. Y hace que las dos cosas tengan un sabor mejor. El gris. El jacarandá. Los grises. La historia. Las historias. El jacarandá.

Todas las historias (toda historia) tendrían que tener hoy un jacarandá en contraste.

Como la miseria y el sol de Albert Camus.