miércoles, 31 de enero de 2007

Tanto va el cántabro a las fuentes...

Gracias al cielo, me pasé unos días estelares...

(Con total desparpajo -y con felicidad- le robé algún tiempo a tareas insufribles... Pero no basta el aliciente de saber que uno no está haciendo algo aburrido y estúpido. Es claro que hay que saber cosas para entender cosas...)

De entre todas las páginas instructivas, y seriotas algunas, hay una que ya no miro como neofiloastrofílico sino, digamos, poéticamente.

Parece que, menos en verano, los martes de 19 a 21, en la primera planta del Centro Cultural Doctor Madrazo, Calle Casimiro Sainz sin número, en Puertochico, Santander, unos cien aficionados a las estrellas se reúnen y conversan.

Se llaman la Asociación Astronómica Cántabra y les leí unos artículos de lo más interesantes sobre cosas que me asombran (y que se ve que a Herodes, por ejemplo, no le interesarían demasiado, porque teniéndolos allí a mano a los 'cántabros' de Oriente, bien podría haberles charlado del asunto, pero parece que no...)

Ahora bien.

No sé del todo bien cómo será aquello, pero no puedo dejar de imaginar a estas gentes y sus días, y sus 'martes de 19 a 21', y sus excursiones por la tierra para ver el cielo, y sus conversaciones, intercambios de 'chismes' celestes, explicaciones mitológicas, investigaciones históricas, elipsis y cometas y galaxias y perihelios y afelios y telescopios...

Y sus días de anteojos negros mirando eclipses y, mejor aún, sus noches tirados sobre el pasto campirano, sobre la nieve cántabra, las manos detrás de la cabeza, pastito mordisqueando en la boca, un buen cigarro (tal vez desaconsejado, porque el humo en tus ojos no deja trascender más allá, hasta las esferas móviles...)

Y tales y tantas cosas así.

Y tal vez lo que es mejor: miran algo bastante difícil y hasta misterioso y que en parte -siquiera algo, más o menos- saben lo que es.

Cosa infrecuente.

martes, 30 de enero de 2007

Orión


Hace como unos diez días (un domingo), con dos amigos conversábamos morosamente bajo las estrellas, en el jardín. Unas sencillas viandas acompañaban unas tazas de té; después hubo unos tragos de tequila.

El de la pipa (buena mezcla de Latakia), el físico, se levantó de pronto y amenazó alguna revelación. Era una pregunta, en realidad:

-¿Alguno de ustedes sabe si la nebulosa que está debajo del cinto de Orión es Andrómeda? Porque si fuera Andrómeda sería lo más lejano visible desde acá...

- ......

Y siguió una breve y sabrosa lección de astronomía para palurdos terrestres.

Volví al asunto días después con cierta tenacidad, directamente proporcional a mi ignorancia en la lectura de los cielos (y de la lectura, en general, vamos: no seamos modestos...)

Ahora veo que al pobre Hubble se le arruinó la máquina de sacar fotos (justo en vacaciones, pienso...)

Pero se ve que antes tuvo tiempo de tomarle esta foto, por ejemplo, a la Gran Nebulosa de Orión (la que está debajo de Las Tres Marías, hacia los pies del arquero...)

Y no, parece nomás que no es Andrómeda, por lo que se ve.

viernes, 26 de enero de 2007

Língua portuguesa

La ignorancia tiene ciertas ventajas: la sorpresa del encuentro.

A Olavo Bilac yo no lo conocía y todo el Brasil sí, porque, por ejemplo, el llamado Príncipe de los poetas brasileños, entre cientos de poemas les compuso un himno a la bandera (del que nada diré).

Unas cuantas cosas suyas descubrí y vi que se dice que fue buen sonetista; esto es, que se le daba el soneto con pulimento casi natural, pese a que él mismo sostiene que para que sea bello, tiene que parecer natural, aunque no lo sea en modo alguno. Arte como segunda naturaleza, que le dirían, poco más o menos. Algo, después de todo, del preciosismo de parnasiano que era (1865-1918, contemporáneo de Darío y de Lugones), que aquí se ve:
A um poeta

Longe do estéril turbilhão da rua,
Beneditino, escreve! No aconchego
do claustro, na paciência e no sossego,
trabalha, e teima, e lima, e sofre, e sua!
Mas que na forma se disfarce o emprego
do esforço; e a trama viva se construa
de tal modo, que a imagem fique nua,
rica mas sóbria, como um templo grego.
Não se mostre na fábrica o suplício
do mestre. E, natural, o efeito agrade,
sem lembrar os andaimes do edifício.
Porque a beleza, gêmea da Verdade,
arte pura, inimigo do artifício,
e a força e a graça na simplicidade.
Me compró un poco, sin embargo, con este soneto:
Língua portuguesa

Última flor do Lácio, inculta e bela,
és a um tempo, esplendor e sepultura:
ouro nativo, que na ganga impura
abruta mina entre os cascalhos vela...
Amo-te assim, desconhecida e obscura.
Tuba de alto clangor, lira singela,
que tens o tron e o silvo da procela,
e o arrolo da saudade e da ternura!
Amo o teu viço agreste e o teu aroma
de virgens selvas e de oceano largo!
Amo-te, ó rude e doloroso idioma,
em que da voz materna ouvi: "meu filho!",
e em que Camões chorou, no exílio amargo,
O gênio sem ventura e o amor sem brilho!
Como tiene su melancolía sencilla este otro, como de tango:
Nel mezzo del camin...

Cheguei. Chegaste. Vinhas fatigada
e triste, e triste e fatigado eu vinha.
Tinhas a alma de sonhos povoada,
e alma de sonhos povoada eu tinha...
E paramos de súbito na estrada
da vida: longos anos, presa à minha
a tua mão, a vista deslumbrada
tive da luz que teu olhar continha.
Hoje segues de novo... Na partida
nem o pranto os teus olhos umedece,
nem te comove a dor da despedida.
E eu, solitário, volto a face, e tremo,
vendo o teu vulto que desaparece
na extrema curva do caminho extremo.
Sin embargo, bastante de lo que leí me dejó perplejo. No sé si es "hijo" de Baudelaire o de Voltaire. Tendré que leerlo más, para ver mejor, porque no es lo mismo.

Es muy verdad que hay en su obra mucho del modo de ser y de pensar y de sentir y de decir de la época. Una lástima, pienso, porque detrás de la cobertura y la pose de impío y satírico comecuras, de librepensador y zafado, hay un pasadizo a la belleza.

O será que era simplemente un hombre estético, sin más, como muchos son y no saben. O que algo de razón tiene el brulote de León Bloy contra el Arte-parásito-aborigen-de-la-antigua-Serpiente que dice Castellani que dice el francés en Belluaires et Porchers, más o menos para esta misma época (1905)...

En fin: habrá que ver.

Un bocadillo, entretanto. En una tonta trivia que hay por allí, reza lo siguiente:
Olavo Braz Martins dos Guimarães Bilac has exactly twelve syllables- which makes it an alexandrine verse. Fervent fans see in this that Bilac was pre-destinated to poetry.
Más seriamente, la versión en portugués no registra semejante dislate (a mi modo de medir, al menos): ni hay allí 'exactamente' doce sílabas, ni hay alejandrinos de 12, sino de 14, que yo sepa. Incluso para que sume catorce -rães tienen que ser dos sílabas (lo que supongo) y Bilac tiene que ser aguda (lo que no sé...) Si en cambio -rães es una sola sílaba, para que dé 12 Bilac tiene que ser grave, pero eso igual no es un alejandrino...

Por lo que deduzco que los fervent fans -y el redactor- habrán estado pagándose unas vueltas de cachaça y así cualquiera ve 12 y ve alejandrinos y sobre todo predestinaciones a la poesía. O a toda otra suerte de cosas.

Espejos

Muy interesante todo lo que dice el doctor y profesor Heinz Dieterich Steffan.

Bastante de lo suyo se puede seguir en un sitio que se parece mucho a un programa completo de nuevo orden, de signo en apariencia distinto al habitualmente promocionado, aunque sin resignar la globalidad, un internacionalismo que por otra parte el marxismo no resignará nunca, usare la economía para ello o no.

Se me hace claro que hay una intelligentsia detrás de las espontaneidades chavistas. Vaya sagacidad. Creo también que vale la pena mirar todo el fenómeno actual de los derroteros de América del sur a la luz de los parámetros que marcan, no solamente Steffan, sino sitios como el tal Axis of Logic (sí que los nombres dicen cosas...), que no es el único pero es significativo y casi típico.

Esto, además de otras cosas 'axiales' que aparecen en este 'combo', me hace acordar de algo.

Cuánto se parecen estas formas 'globalizadas' a la República platónica, por ejemplo, casas más, casas menos..., aunque la identificación sería injusta dicha así sin más salvedades.

Pero se me ocurre también que nunca el socialismo, en cualquiera de sus formas, le habrá agradecido lo bastante a los industrialismos, capitalismos, liberalismos, conservadorismos (y -durismos), globalismos, y demás -ismos tales.

Sin ellos, la cara del socialismo en términos substanciales sería completamente distinta. Y creo, al mismo tiempo, que habría aparecido en la historia algo muy parecido a esto, aunque nada de lo otro hubiera aparecido jamás.

Diría que su cara real está históricamente desfigurada, en buena medida, precisamente por aquellos a los que se opone, cuando se presenta como su alternativa dialéctica. Como si dijera que sus adversarios simétricos son el espejo que devuelve la cara que vemos. Si no fueran ellos (y el socialismo agradecerá siempre que sean ellos), si la cara del socialismo se mirara en otro espejo, otra cara sería.

miércoles, 24 de enero de 2007

Pero la carne...

Claro que al título anterior le falta la segunda parte: la carne es débil.

O flaca, o como quieran traducirlo del pasaje de la Oración en el huerto (Mt. 26, 37-45), que el sentido es el mismo.

El asunto es que la carne no es solamente la carne. El deseo, el placer, el dolor y aun el miedo, son de la carne, por supuesto. No estamos hablando de sexo, en todo caso. No creo que haya que pensar en carne, huesos y sangre, solamente. También carne es espíritu, digamos así. Porque hay incluso una forma carnal de entender las mismas cosas del sexo, que en los hombres es también signo de cosas altas. La carne es una expectativa del espíritu, más bien.

La cita sobre la debilidad de la carne, por ejemplo, la trae el capítulo (IV) dedicado a la oración, en el Catecismo. La Catena Aurea trae poco al respecto (por ejemplo, la causa acédica de la debilidad de nuestra carne...), pero bastante asociando los tres momentos de aquella oración de Jesús en Getsemaní y la actitud de los apóstoles que lo acompañaban.

Se hace más honda la cuestión -de la oración, de la historia y los hombres, de la Redención- si se lee al mismo tiempo aquella 'oración sacerdotal' que está en el capítulo 17 del evangelio de san Juan.

En fin.

Vayamos con calma. Lo que digo es que con frecuencia -se diría que casi siempre- hay bastante carnalidad en nuestro modo de ver y de hacer las cosas altas, pero también las cosas temporales e históricas. Formas carnales de evitar el dolor de la historia, de malversar incluso las alegrías de la historia, no solamente los dolores. Y la historia incluye la vida propia, la existencia personal.

Y eso no es porque estemos amasados en carne, huesos y sangre. Sino por una actitud del espíritu.

martes, 23 de enero de 2007

El espíritu está pronto

Leo en el evangelio de san Juan los capítulos 14 al 17 y, en paralelo, algunos Salmos (del 20 hasta el 38, por ejemplo.)

Pueden leerse así, lo uno ilumina el sentido de lo otro y, por curioso que parezca, esa iluminación es reversible. Hay muchas cosas allí.

Pero.

Hay que andarse con mucho cuidado cuando se lee las Escrituras, ya se sabe.

El entendimiento carnal, inmediato (no estoy diciendo literalmente 'literal'), es terriblemente peligroso y corrosivo.

Dos o tres asuntos muy importantes hay en estos pasajes. Hay que mirar muy bien lo que dicen, primero. Es fácil tropezar. Muy.

Sorprendente, por ejemplo, el énfasis que pone Jesús no solamente en la negación del Mesías, sino en la negación del Padre, principalmente. Una mirada de Cristo sobre la misión de Cristo mismo que no es lo que se predica habitualmente. Cosas importantes como las promesas parusíacas están allí. La presencia trinitaria en la Redención, y aun algo sobre el destino temporal.

En ambos textos (san Juan y los Salmos) hay bastante para ver acerca de esto último, y para meditar acerca de la suerte en este mundo, no solamente -aunque especialmente- mirando la Segunda Venida.

Por breve ejemplo, dice David (37, 25-26)
Yo fui joven, ahora soy viejo,
y nunca vi a un justo abandonado,
ni a sus hijos mendigando el pan;
él presta siempre con generosidad
y su descendencia será bendecida.
Y apenas más allá (37, 35-36)
Yo vi a un impío lleno de arrogancia,
que florecía como un cedro frondoso;
pasé otra vez, y ya no estaba,
lo busqué, y no se lo pudo encontrar.

Ahora bien, es como si yo dijera, leyendo al pie de la letra: 'Lo que David, el profeta, no vio, yo lo vi. Y lo que él vio, yo no lo vi'.

Tiene que haber un sentido en el que lo que dice no tiene que entenderse tan inmediata y carnalmente que se vuelva decepcionante, de tan evidentemente falso o inexacto. Y otro tanto diría de las esperanzas mesiánicas y de las llamadas a la venganza de Dios contra el impío, que están en los dos lados. Y otro tanto habría que decir de los capítulos en los que Jesús habla acerca de los días que vendrán.
Todavía tengo muchas cosas que decirles,
pero ustedes no las pueden comprender ahora.
Cuando venga el Espíritu de la Verdad,
él los introducirá en toda la verdad,
porque no hablará por sí mismo,
sino que dirá lo que ha oído
y les anunciará lo que irá sucediendo.
Él me glorificará,
porque recibirá de lo mío
y se lo anunciará a ustedes.
Todo lo que es del Padre es mío.
Por eso les digo:
"Recibirá de lo mío
y se lo anunciará a ustedes". (Jn. 16, 12-15)

Por eso.

Muy delicado.

Hay que ir con cuidado.

lunes, 22 de enero de 2007

Gremialista


-¿Es similar el latido de eternidad de la matemática y el de la literatura?

-Tienen diferentes criterios de verdad. En la matemática está regulado. El teorema de Pitágoras seguirá siendo válido más allá de que las pirámides de Egipto dejen de existir, porque es inmune a los vaivenes de la historia. Pero la verdad relativa de la literatura siempre está a merced de relecturas, entierros y modas. El estatus de eternidad de la literatura es más inestable.

Pregunta de diario, respuesta de Guillermo Martínez.

¿Así que verdad relativa? ¿Estatus de eternidad de la literatura más inestable que el de la matemática?

Pues, no sé. Con ideas así, la Kabala sería más importante que el Libro, se me ocurre.

Me parece injusto con la matemática. Y con la literatura. Y, claro, con la eternidad.

domingo, 21 de enero de 2007

Musica, musicante...

Así es la vac(g)anza.

Poco que hacer, mucho tiempo para hacerlo y 'bien pagado' (no, no siempre es plata: hay sorpresas módicas y pequeños gozos...)

Por ejemplo, la música. Nomás comienza uno y ya saltan las liebres aquí y allá.

Ahora bien: si están muuuy ocupados a esta altura de enero, desistan ya mismo. Esto es para 'perder tiempo'.

Y más: los que tengan algo contra Italia, la bella, abstenerse de plano.

Entonces, como decía, fui detrás de Ennio Morricone y me topé con una serie de conciertos que ha dado con su música para películas que ya había visto en fragmentos.

Encontré ahora primero El oboe del padre Gabriel, aquel de La Misión, en un concierto en Munich, en el 2005. De allí, pasé a un compilado de imágenes de Cinema Paradiso con el tema de la película, claro, que venía del mismo concierto. No pude con la tentación...

Y como de tentaciones se trataba si bien se ve (y aunque la película no me gustó nada y coincidimos con un amigo en que lo mejor son los paseos por Lisboa de Marcello Mastroiani), no pude no seguir con el tema de Sostiene Pereira -A brisa do coração- cantado por Dulce Pontes en el concierto de Roma en 1998; dicen que por allí cantó precisamente con Angelo Branduardi.

Y dos rarezas, a propósito.

La primera es del mismo Angelo Branduardi que interpreta un 'brano' de Uccellacci e Uccellini, que en la película de Passolini del mismo nombre cantó Domenico Modugno. Branduardi canta también Ricordare, que 'hiciera' originalmente ni más ni menos que Gérard Depardieu en Una pura formalità de Tornatore. Y todo esto estaba en otro concierto que Morricone dio en Varsovia.

Como 'yapa' una música compuesta para un manga de la afamada serie de Saint Seiya de Masami Kurumada. ¡Qué tal! (*)

Claro que, si estamos hablando de Italia y de Modugno, Il vecchio frak tiene que estar.

Los gustos hay que dárselos en vida...

Quedan unos días de holganza. Así que, mientras nos sumimos en meditaciones y lecturas y remembranzas y aporías, sigamos laborando: ¡Música, maestro...!

---------
(*) "¿¡Qué tal!?", no, mire: hagamos unos retoques aquí... Un afilado niponólogo me amonesta por haber puesto 'manga' (gráfico) en vez de 'animé' (animación). Son buenas. Me observan también que puede no haber sido de Morricone para el 'animé' de marras la música que 'enyapé'. Son buenas, anche. Ahora bien, ¿quiere que le diga una cosa? Quedémonos con la música. Pero, ¿y el animé? Bueno..., vea..., quedémonos con la música por esta vez, ¿me entiende?

viernes, 19 de enero de 2007

Miserere

Me mandan el Miserere de Gregorio Allegri (*). Compuesto sobre el Salmo 51 (50), es música famosa y recomendable, pese a que, en principio, cierto barroco no me cae del todo. Sin embargo, es claro que esta obra escapa a esas complejidades un tanto artificiosas y tiene momentos de hondura -mística dicen algunos- que están por encima de la consabida trama compleja de voces. Por otra parte, parece ser, y he allí el quid, que Allegri compuso al modo del Renacimiento tardío, más bien, aunque el modo de sus años era el Barroco. Será eso, entonces.

El caso es que fui a dar, por curiosidad y veredas convergentes, a una más o menos conocida anécdota que se cuenta de Wolgang Mozart que a los 14 años oyó por primera vez el Miserere de Allegri en Roma. Y eso a propósito de un libro de un neuropsicólogo y organista francés -Bernard Lechevalier- que se ocupó de El cerebro de Mozart (Bollati Boringhieri, 276 páginas, euros 32):
un libro che coniuga piacevolmente la neurofisiologia della musica con l´aneddotica storica (cioè, non inventata o mitologizzata, come nel film Amadeus di Milos Forman) sul fenomeno Mozart.
Dos cosas simpáticamente notables hay por allí.

Una, que había una excomunica papal (de Urbano VIII, Maffeo Barberini, que reinó entre 1623 y 1644) para quien hiciera copias de la obra o difundiera en todo o en parte aquella partitura que compuso Allegri para la Capilla Sixtina, y que se cantó cada año en Semana Santa desde 1638 hasta 1870, ininterrumpidamente, para retomarla más tarde hasta nuestros días. Mozart la oyó en 1770, para unos, y en 1769 para otros, tanto da. Dicen, entretanto, que buena parte del prestigio de esta obra viene del halo misterioso con que la recubrió Roma, al prohibir la difusión de su partitura.

La otra cuestión: el joven Wolgang memorizó los 15 minutos que dura la obra, oyéndola, obviamente, una sola vez en esa ocasión. Ahora bien, la obra es para dos coros y nueve voces distintas. De este modo, con una trascripción bastante fiel al original que hizo Mozart esa noche, llegó a la imprenta y así escapó del misterio. Lejos de castigarlo, cuando se enteró el papa Clemente XIV lo condecoró con la Orden de la Espuela de Oro.

ver
Nel 1638 Gregorio Allegri compose l´unica sua opera che ci è pervenuta: un Miserere a nove voci basato sul lamentoso Salmo 51, che da allora venne eseguito due sole volte l´anno, il mercoledí e il venerdí santo, dai cantori della Cappella Sistina. E la consuetudine durò fino al 1870, quando il coro venne sciolto in seguito alla caduta dello Stato Pontificio.

L´11 aprile 1770, appunto un mercoledí santo, il quattordicenne Wolfgang Amadeus Mozart e suo padre arrivarono a Roma, e riuscirono a intrufolarsi nella Cappella Sistina: il giovane fu infatti scambiato per un principe di Sassonia che risiedeva allora in Vaticano, e il padre per il suo maggiordomo. Tre giorni dopo quest´ultimo scrisse alla moglie: "Forse hai già sentito parlare del celebre Miserere di Roma, tenuto in tale stima che ai musicisti della Cappella è vietato, pena la scomunica, di far uscire la benché minima parte di questo brano, copiarlo o trasmetterlo a chiunque. Ebbene, 'noi ce l´abbiamo: Wolfgang l´ha trascritto a memoria".

Ancora qualche giorno, e un´altra lettera annunciò: "Il papa in persona è al corrente che Wolfgang ha trascritto il Miserere. Ma non c´è nulla da temere: anzi, la cosa gli ha reso grande onore'. Infatti, il cardinal Pallavicini aveva consegnato al ragazzo il decreto di Clemente XIV che lo nominava cavaliere dello Speron d´Oro, ed egli fu poi una delle due sole persone al quale il papa offrí la partitura del celebre brano, visto che intanto ormai ce l´aveva comunque.

Mozart non era nuovo a imprese mnemotecniche: già qualche anno prima, nel 1765, lo scienziato inglese Daines Barrington l´aveva esaminato, e in una lettera a un membro della Royal Society di Londra racconta che il bambino di nove anni aveva terminato seduta stante una fuga interrotta da Johann Christian Bach, dopo averne memorizzato il tema e gli sviluppi. Mozart era anche solito trascrivere, nella corrispondenza col padre e la sorella, brani che aveva sentito in concerto e che gli erano particolarmente piaciuti, e spesso non scriveva le parti del solista per i suoi concerti, limitandosi a suonarle a memoria dopo averle composte nella testa.

Ora, che tipo di cervello bisogna avere, e quale tecnica si può usare, per essere in grado di compiere imprese del genere? Perché il Miserere di Allegri dura una quindicina di minuti, e memorizzarne tutte le nove voci è almeno tanto complesso quanto il trascrivere una conversazione di un quarto d´ora, in cui fino a nove persone arrivano a parlare contemporaneamente!

No sé qué pensar del asunto, en realidad, ahora que lo veo. ¿Por qué el papa Urbano hizo aquello? ¿Era justo, estaba bien? ¿Por qué Mozart hizo aquello? ¿Estuvo bien?


(*) La primera y la segunda parte del Miserere.

jueves, 18 de enero de 2007

Cartoneando pelusitas

Una de las cosas que vi en estos tiempos fue este artículo que se intitula Mujer, varón frustrado, y otros absurdos que su autor, Enrique T. Bianchi, dizque escribiólo para La Nación. Dice allí también que es como si uno dijera secretario letrado de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

ver

El 7 de diciembre de 2006 se conoció un informe anual del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo que, redactado por un equipo de expertos árabes, hace de la promoción de las mujeres "una condición sine qua non del renacimiento árabe" y pide a los países del área que tomen medidas de "discriminación positiva" en favor de éstas. Después de analizar la situación en economía, educación y salud pública y de diferenciar según regiones y países del mundo árabe, estima que la religión musulmana no es responsable directa de la desigualdad, sino que los conflictos, las ocupaciones extranjeras, el terrorismo y la dominación de las sociedades por "fuerzas políticas conservadoras e inflexibles" que protegen "las culturas y valores masculinos" son los obstáculos para la liberación de las mujeres.

Sin embargo, el informe aboga por una revisión de la "jurisprudencia islámica", o sea, la interpretación del Corán, para que ésta tome más en cuenta la evolución de las sociedades.

Veamos algunos ejemplos de lo que decían eximios pensadores -llamados por eso "doctores de la Iglesia"- en el área que llamamos Occidente y en lo concerniente a la mujer. Nos permitirá apreciar cuál era el estado de cosas que nos antecedió. Todos ellos se inspiraban en el apóstol Pablo, que afirmaba, sin vueltas, la jerarquía entre los sexos: "Las mujeres deben respetar a su marido como al Señor, porque el varón es la cabeza de la mujer" (Ef. 5, 22/33); "Cristo es la cabeza del hombre, la cabeza de la mujer es el hombre" (1 Cor. 11, 3). San Agustín no dudaba: la mujer no es imagen de Dios. "Ella no lo es, porque le está prescripto cubrirse la cabeza, cosa prohibida al hombre porque él es imagen de Dios" (De Trinitate, XII, V, 5). El hombre, él sólo, representa a lo divino. La mujer, en cambio, solamente cuando está asociada a su marido (íd., XII, VII , 10). El varón es la ratio superior, la mujer la ratio inferior.

San Alberto Magno, introductor del aristotelismo: "La mujer es menos apta para la moralidad [que el varón] porque ella contiene más líquido que el varón y propiedad del líquido es la de recibir con facilidad y retener mal.[...] Cuando la mujer hace el acto sexual con un varón, desearía yacer en ese mismo instante bajo otro varón, si ello fuera posible. La mujer no tiene ni idea de lo que es la fidelidad. ¡Créeme! Si depositas tu fe en ella, te sentirás defraudado [...] sus sentimientos empujan a la mujer a todo lo malo, como la inteligencia mueve al hombre hacia todo lo bueno" (Quaestiones super de animalibus XV, q. 11).

Santo Tomás de Aquino, discípulo del anterior y el más grande filósofo y teólogo de la alta Escolástica, también seguía a Aristóteles y a su idea de que la mujer es un varón frustrado; sostenía que la mujer está en el mundo, no para complementar en general al varón -pues "para otras obras podían prestarle mejor ayuda los otros varones"- sino sólo para ayudarle en la procreación (S.Th., I q. 92 a.1). En relación a la naturaleza particular, o sea, respecto de la naturaleza del varón, la mujer es algo deficiente y ocasional. Está sometida al varón en el orden doméstico y civil pues con esta sujeción, la mujer fue puesta bajo el marido ya por el orden natural, puesto que la misma naturaleza dio al hombre más discreción en su razón. La mujer es más débil que el varón y, por tanto, más apta para ser seducida (S. Th. I q. 92 a.1 y II-II, q. 165, a.2). La sobriedad es más necesaria en la mujer, pues no hay vigor mental suficiente en ella para resistir a la concupiscencia (S. Th. II-II, q. 149, a.4). Ya San Isidoro de Sevilla había explicado que la voz fémina deriva "de la fuerza del fuego, porque su concupiscencia es muy apasionada: se afirma que las hembras son más libidinosas" (Etymologiarum, XI, 2, 24).

Mucho tardó Europa en desembarazarse de estos prejuicios. Hoy podemos ver cómo dependían de atavismos culturales de los que ni siquiera quienes los enunciaban eran conscientes, inmersos en sociedades patriarcales donde la primacía masculina era casi un dogma que encubría un oscuro temor frente a lo femenino. Algo así puede estar pasando -dicen los que saben- en una parte (no en la totalidad) del mundo de fieles sujetos al Corán (o, quizás, a una cierta lectura arcaica de éste). En todo caso, podemos anhelar que otras interpretaciones florezcan.

Habrá que decir algo al respecto. Pero, vayamos con paciencia. Por lo pronto, estas líneas parecen mostrar que si la Corte es Honorable en algún sentido, eso no tiene por qué venirle del acierto intelectual de sus empleados, casi como decir que hay aquí una transferencia algo indebida de prestigio, pues el título habilitante para dirimir cuestiones jurídicas acaso no habilite per se para otro tanto en cosas bastante más importantes.

(Mientras escribo, suena a mi lado un Balletto a tre de Domenico -no Giovanni- Gabrielli. Este boloñés componía mejor que lo que Bianchi opina...)

El mismo día hubo que toparse con un pudoroso alegato sobre el peligro del pudor que hace juego de perlas con lo anterior (no, no con la joya de Domenico...)

Entretanto, y con debate ético y todo, el domingo 14 de enero aparecía una nota que nos amenazaba con borrar los malos recuerdos. Sirve para el caso, por ejemplo digo yo, de que haya leído uno algo que preferiría haber olvidado incluso antes de haber leído. Pero no hay tal cosa en mi botiquín, así que tendré que volver a ella.

(Pero.

Dejo ahora que María Callas destile
amorosamente Casta diva; y mejor me voy a cortar el pasto si se nubla un poco la canícula o a mimar el descangallado roble de la mesa del comedor con un poco de clavos y cola vinílica.

Todo lo demás puede esperar.

Empieza el año, sí, pero no tanto...)

miércoles, 17 de enero de 2007

Albahaca

Empieza el año (y sí..., el año empieza cuando uno dice que empieza, de algún modo...)

Y empieza un año que se me hace tendrá su marca.

Ya lo sé: cada segundo, dirán, es como cada año: único. Sí. ¿Y? Puestos a ver, no me acuerdo mucho del '61, '62, del '67 o del '70 y me acuerdo muchísimo del '65 accidentado y un poco menos del '69. No tengo nada notable registrado en 1971 ó 1981 y parvas de cosas en el '73, tristes del '80 y miríadas en el '82 agridulce, otras en el '84, felices como en el '85, algunas en el '88 u '89, estotras en el '91...

¿Hay que seguir?

No hace falta.

Entonces.

Empieza el año.

Y, por lo pronto, por estas pampas será un año político y eso siempre es espinoso y difícil. Político quiere decir esa cosa que algunos estarán pensando. Exactamente. De modo que más de una vez se va a cruzar la madama política por aquí. Y no es que me haga feliz. No sé si no es preferible una madama de todas veras.

Me hice también al paso una lista de asuntos que vi por aquí y por allá.

Cuando llegue, llegará.

Con todo y eso, en estos días le solté las amarras a las cosas consabidas y me dediqué a oír pájaros (de afuera, del aire, de los árboles, del campo: de hogaño, diría...) Y pájaros de adentro. De antaño. Y con un poco apenas de información anduve curioseando el mundo, porque en la casa donde paraba los dueños 'recibían el diario' todos los días. Y así fue que volví a un viejo ejercicio de leer como una novela, como una saga, las cosas que pasan. A mí me divierte y me refresca sacarle la estúpida perspectiva melodramática o urgente que le ponen al día a día de las cosas nuevas y ajadas.

Un asunto, por ejemplo, fue seguir (como hacía hace años, ya me había olvidado...) los avisos fúnebres (que si no es así no leería jamás...) y tratar de ver las vidas detrás de los dos o tres centímetros promedio de escuetos sobrenombres, nombres, lamentos: criptogramas de cosas que pasan por detrás y por debajo del protocolo de la pena o de la pena.

Y cosas así.

No había 'máquina'. Sólo papel y poco. Buen signo.

Y mate. Y sol. El pasto descalzo. Atardeceres ventosos. Un excelente vino que tomé una tarde.

Y una fantástica quinta o huerta de la dueña de casa ausente, que proveyó tomates sabrosos, lechugas tintas, albahacas y romeros, acelgas y mentas. Mañanas suaves y morosas para hacer conservas de berenjenas y noches frescas para cocer viandas al carbón o a la madera.

No había que sacar fotos, por ejemplo. Bastaba caminar. Conversar. O callar. No hacer. Estar. Temprano, cuando todavía nadie estaba. Tarde, cuando ya no estaba nadie.

Pase lo que pasare hasta el próximo equinoccio, para cuando en unos 10 ó 20 años mire para atrás, algo será seguro. Al fin y por ahora, diría que habrá sido ciertamente el verano de la albahaca.

¿Poca cosa? No sé.

Habría que ver lo que era esa albahaca.