lunes, 21 de julio de 2008

Trilussa

Resulta que, en estos días serranos, hablábamos de poesía con un compaño de labores, sujeto de fina alma, buena cuna y buen gusto, es decir, un tipo sencillo.

Tiene sangre peninsular en las venas y por eso en una que otra comida intercambiábamos versos en dialectos tanos.

Cuando terminó mi ricerca breve, le leí el descubrimiento del Paisaje geométrico. Me pareció que aquellos años suyos inconclusos de ingeniería, eran el recipiente apropiado. Y así fue. Tanto que me pidió copia y se lo hice llegar por correo.

A la vuelta, me regaló un soneto en romanaccio (romanesco es más académico, pero vale lo mismo...) del famoso Trilussa. Alguna vez hay que hablar de él. Porque aunque pueda parecer conversación de melómenos o filatelistas, el caso es que Carlo Alberto Salustri -firmaba con el anagrama de su apellido- fue uno de los poetas populares más famosos de Italia, y todavía lo es.

No voy a traducir el soneto en verso, sino en prosa y sólo el asunto. Y eso para que quien se anime no pierda la gracia del original.

En La statistica, entonces, el autor se pregunta retórica e irónicamente qué es la estadística. Más allá de los números, lo curioso de la estadística, dice, es cuando maneja porcentajes. Gracias a ellos, el pobre mide igual que otros que no lo son. Por ejemplo, la estadística dice que a cada uno le toca un pollo al año; pero si el pollo no entra en la lista de compras de un pobre, igual le ha tocado un pollo estadísticamente, aunque haya alguno que se esté comiendo dos.
La statistica

Sai ched'è la statistica? È 'na cosa
che serve pe' fa' un conto in generale
de la gente che nasce, che sta male,
che more, che va in carcere e che sposa.
Ma pe' me la statistica curiosa
è dove céntra la percentuale,
pe' via che, lì, la media è sempre eguale
puro co' la persona bisognosa.
Me spiego: da li conti che se fanno
seconno le statistiche d'adesso
risurta che te tocca un pollo all' anno:
e, se nun entra ne le spese tue,
t'entra ne la statistica lo stesso
perché c'è un antro che ne magna due.

Y una cosa, claro, lleva a la otra; y así me fui a buscar lo que tenía de Trilussa en libros y antologías que heredé. Encontré varias fábulas y cuentos en verso que hace años no leía. De modo que y como por ahora es lo mismo cualquiera, elegí dos.

En el primero, Er carattere, un sapo gris verdoso sale de un agujero y se las toma con un camaleón. Lo acusa de ser una veleta, un inconstante, complaciente con el mundo tomando el color ambiente, de ser frívolo, siempre variable y acomodaticio. Él, el sapo, en cambio, será repulsivo pero es de una sola pieza y así quedará, y por estar siempre entre el barro, siempre será de un solo color; y de allí su prestigio y su solidez, tal como él lo ve. Cada quién con su idea, dice el camaleón: yo cambio siempre y vos nunca, y me parece que estamos los dos equivocados.
Er carattere

Un Rospo uscì dar fosso
e se la prese cor Camaleonte:
- Tu - ciai le tinte sempre pronte:
quanti colori che t'ho visto addosso!
L'hai ripassati tutti! Er bianco, er nero,
er giallo, er verde, er rosso...
Ma che diavolo ciai drent'ar pensiero?
Pari l'arcobbaleno! Nun c'è giorno
che nun cambi d'idea,
e dài la tintarella a la livrea
adatta a le cose che ciai intorno.
Io, invece, èccheme qua! So' sempre griggio
perchè so' nato e vivo in mezzo ar fango,
ma nun perdo er prestiggio.
Forse farò ribrezzo,
ma so' tutto d'un pezzo e ce rimango!
- Ognuno crede a le raggioni sue:
- disse er Camaleonte - come fai?
Io cambio sempre e tu nun cambi mai:
credo che se sbajamo tutt'e due.

En Accidia, un vagabundo duerme arrebujado y hecho un rollo informe sobre la tierra, en una plaza. Un guardia lo despierta y lo echa y el vagabundo le agradece que lo despertara, oportuno, porque justo en ese momento soñaba que estaba trabajando en la oficina.
Accidia

In un giardino, un vagabonno dorme
accucciato per terra, arinnicchiato,
che manco se distingueno le forme.
Passa una guardia: -Alò!- dice -Cammina!-
Quello se smucchia e j'arisponne: -Bravo!-
Me sveji propio a tempo! M'insognavo
che stavo a lavorà ne l'officina!