miércoles, 29 de octubre de 2008

Lagarto, caimán o tiburón (VI)

¿Se da cuenta, mi amigo? ¿Para qué habré abierto la boca? No sólo no hay que dar ideas, sino que hay que asegurarse también de que a uno lo entiendan bien.

Según me entero ahora, por un amable mensaje de la 'galesa' C., hay una nueva batalla de Jorge contra el Dragón.

Pero en ésta sí que no me anoto. Porque tengo la impresión, por lo que pude ver, de que ni Jorge es Jorge ni el Dragón es el Dragón, diga lo que dijere el Rev. George Hargreaves, que es quien está armando bulla con el asunto.

Resulta que este buen hombre es un reverendo pentecostal y sumamente mediático, que entre otras cosas organizó hace unos meses un reality show en el Channel 4 of England, en el que durante 3 semanas, al parecer, trató de que 13 perdularios y botarates se hicieran buenos cristianos, asesorados por dos pastores, un sacerdote católico y una reverenda anglicana. El programa, que se llama, obviously, Make Me A Christian, levantó polvo en el camino. Y no sé qué habrá sido de los 13.

El caso es que el reverendo está empeñado en convertir a Inglaterra, Gales y Escocia, dizque al cristianismo, palabra difusa, como cualquiera sabe.

Para ello, también formó un partido político The Christian Party, con otros dos que son como especies de filiales, el Welsh Christian y el Scottish Christian.

Precisamente, en la plataforma del primero (la página es un desastre) figura ni más ni menos que sacar al dragón de la bandera de Gales y ya que estamos cambiar la bandera por una en la que sólo figure la cruz de san David, a la sazón santo patrono de Gales (la bandera es una cruz dorada sobre fondo negro, aunque el reverendo usa azul, purple e incluso verde oscuro.) Según dice el reverendo, ese dragón es el satán apocalíptico que hay que remover para que Gales vuelva a la fe cristiana.

Estuve viendo un poco el asunto y mi dictamen es por la negativa. No dije que mi voto fuera 'no positivo': dije negativo, y a otra cosa.

Porque éste es uno de esos casos en los que parece que cada cosa por separado está bien o más o menos bien, o pasable, pero el conjunto da un disparate. Y habría que ver cuán inocente disparate es, que muy inocente no parece.

No, mi estimado and english reverendo: el todo es más que la suma de las partes, si acaso las partes son partes de ese todo, cosa que no está nada clara, tampoco. Parece que defiende cosas defendibles o siquier buenas en sí. Pero, no compro.

Disculpe, maistro, pida turno y vuelva otro día.

Ahora.

Dicho sea de paso, el paseo virtual por Britain y los alrededores me trajo a la memoria lo de Obélix: Il sont fous, ces gallois... et ces anglais, aussi...

Y si no me creen, vean un poco los líos de sucesiones legítimas y banderas en Cymru, sin contar con que algunos hacen llegar Y Ddraig Goch a los tiempos de Arturo, a las guerras entre celtas y sajones, y hasta a los emblemas de las legiones romanas, y capaz que tiene razón…

Miren que a mí me gusta el tren, pero si me llego a encontrar con una estación que se llama Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch, puede ser que me vaya caminando, nomás.

Por eso.

Basta para mí: me quedo con los muchachos aragoneses de la Sociedad Deportiva Huesca y su guerra contra el dragón de la UEFA/FIFA.

Un poco de Mediterráneo, per carità!