martes, 12 de octubre de 2010

Sombra

¡Oh límite en penumbra, casi el alma!

Canción de la belleza mejor.

Escrito a cada instante
Leopoldo Panero




Llagas con resplandor y me reclamas
a un alto llano en flor, feliz y urgido
de belleza feroz, con el bramido
del oro como luz de las retamas.
Y mientras bramo yo, tú por mí bramas
tan silenciosamente en el sonido
de las aves y el agua y el rendido
corazón todo amor con que me llamas.
En tu aire vas al hondo firmamento.
No hay llanto: no te alcanza ni te nombra.
No hay lágrimas ni quejas a tu altura.
Libre en tu ingravidez, que me conjura
y apenas tiñe el suelo de mi sombra,
me apartas y de todo en un momento.