martes, 12 de octubre de 2010

Tiempo

...somos como la cama de un enfermo
que está viendo una estrella de costado.


Imagen.

El cascabel del halcón
Enrique Banchs



La aguja del reloj, que muerde el día,
de bocado en bocado me concluye.
Quiere tomar mi vida en alimento
y crónica repite: el tiempo huye.
No le sigo las horas. Mi alegría
pasó de lado a lado en un segundo,
y el tiempo se resigna fugitivo
y cela eternidades por el mundo.
Voraz de vida, amor y de contento,
de olvido y paz famélico, y esquivo,
el tiempo no se aquieta ni apresura.
Pero tú estás; y mientras tanto vivo
casi nada en la tierra, sí en el viento
o en la luz ya infinita de tu altura.