lunes, 11 de octubre de 2010

Verano

...recuerdo los antiguos horizontes
del verano recién amanecido.


Soneto N° 15.
Augusto Falciola




Era el día del sol osado y frío
en la plena estación de los colores,
madura de trigales y de estío,
dorada de silencio y ruiseñores.
Era la tarde de un sabor umbrío
y bandadas de abrazos amadores;
la tarde de los ojos como ríos
por unos ojos breves como flores.
Era el día sin luz más luminoso,
de un cansado descanso sin reposo
en una tumultuosa soledad.
La tarde azul más gris que el mundo ha dado,
la del único olvido recordado.
Y ya de una existencia sin edad.