sábado, 26 de noviembre de 2011

La primera vale oro



Lo dicen así los jugadores de truco.

Y deben tener razón, sobre todo cuando lo dicen los buenos jugadores de truco.

Pero, ¿qué hacemos con el refrán que postula que el que ríe último ríe mejor...?

O con eso de que la tercera es la vencida. O con no por mucho madrugar... (aunque al que madruga...)

¿Y con tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe?

¿Y con los últimos serán los primeros?

La política -la vida entera, vamos...- está tejida con estos dilemas. A veces tan entreverados que se le hace un lío al más pintado para saber cuál hebra es cuál y qué se está tejiendo.

Así es.

Entonces es cosa de mirar cada cosa cada vez y todo junto y tratar de ver. Y ver. Y encontrarle todo el sentido que tuviere (todo el que uno pudiere encontrarle): de eso se trata en primer lugar la política.

Y la vida entera, vamos...

Porque nada puede hacerse sin eso primero. Y sin eso, al final.

Cosas así son las que nos miden y nos dicen quiénes somos, al final.

O al principio.