martes, 10 de abril de 2012

Capriccio

Me decía un cumpa nomás ayer, mientras surcábamos caminos del conurbano: "...es mi preferido el otoño..."

Claro. Y cómo no. También para mí.

Pero el otoño no se decide y anda de remolón, distraído en tormentones del cielo y de la tierra, de afuera y de adentro...

Así que me encapriché. Y no voy a seguir con lo que estaba hasta que no vengan los primeros aires decididos, el otoño de veras.

Mientras, me ocupo de plantas en estos días, noble cosa. Porque voy yendo a la caza de unas salvias y de unas damas de noche y de unos pastos nuevos, para hacer matas.

Y, en los ratos de escribir, me ocupo de seguir con las huellas de Aragón (siempre son mejores que las que voy dejando de mí mismo, así que es ganancia y no pérdida de tiempo...)

Así encontré esta memoria de Mariano Cordero, en Un héroe sin homenaje. Y esta aguafuerte sobre otro tucumano en Avellaneda descubre el pueblo.

En La reorganización de 1955 lo veo hacer un equilibrio que la historia habitual no suele perdonar.

Por fin, la figura de Mariano Necochea y su táctica en un combate menor pero significativo durante la campaña en Chile, aparecen en Recordemos Las Coimas y ¡viva la patria!