domingo, 17 de junio de 2012

Brasas

Llueve. Lindo llueve, fino, frío. Viento sur y algo del este.

Desde temprano, unos tocones viejos le están dando brasa a la salamandra. Hay que partirlos y, viejos y todo como están, no es fácil. Y arden todavía, quién diría.

El día pasa. El año pasa. Las cosas pasan. Bien.

Entre las notas de Aragón, encuentro tres: De qué color es nuestra bandera (oportuna estos días, sí...), Intermedio mariano (de la Virgen a la Virgen, ya que se habla del asunto...) y Aguirre descubre Santiago del Estero (de cosas que conviene recordar, porque no ha pasado tanto tiempo...)

Por las dos últimas, especialmente, me quedé pensando. Sorprendente, creo. Los años pasan. Las cosas pasan. Y eso quiere decir, según yo, cuánto se repiten los asuntos y cuánto cambia la historia, así y todo.

Hace 30 años, Aragón veía una dirigencia que de pronto -y vaya a saberse por qué, digo- repartía rosarios por el campo para que, como antaño y lejos, el hombre argentino volviera a hacer lo que antes hacía sin campaña; y veía a la vez gobiernos desastrosos. Por otra parte, veía que, para cuando Buenos Aires se anoticiaba de que teníamos folklore -y pueblo diría yo-, ya no existía (casi ni lo uno ni lo otro, diría yo...), porque lo que se veía en el descubrimiento era un luz que nos llegaba tarde, de una estrella que ya se había apagado...



Y entre las cosas que parece que ya no están, la que no se apaga nada es la salamandra. Esa sí que no. Eso sí que no. Bien.