viernes, 1 de junio de 2012

Tres de antes, de ahora

Tiene que ser verdad eso de que la historia es maestra de la vida, que decía Marco Tulio Cicerón. No porque lo diga Cicerón, sino porque es verdad, que por eso lo dice.

Basta mirar y ver.

Es interesante, con todo, no perder de vista que no hay redondez cerrada en las cosas humanas, no hay círculo absoluto, sino espiral, repetición abierta, helicoidal.

Los hombres de los que hablan la historia y las historias ya no están y su marca individual no es la misma que la mía. Los hechos que ocurrieron son irrecuperables, en un sentido casi ontológico, si es verdad, como dice Platón, que las acciones son unas especies de seres. Palabras, gestos, situaciones, allá están. Atrás, diría san Agustín.

Sin embargo.

A veces vuelven, de algún modo, y no podemos negar el aire de familia -más lejano, más próximo- que el presente tiene respecto de lo que ya fue y ya no es.

Vean, si no, y si no me equivoco mucho, estos tres artículos de Aragón: Junta como en España, La situación de los proletarios y 1930 Experiencia agotada 1980.