Vide la flor del limón,
y del naranjo el azahar.
Y yo sin nada que dar.
La albahaca regala aroma
y el mistol su fruto asoma.
Y yo sin nada que dar.
Fresca el agüita del río,
dulce el aire del chañar.
Y yo sin nada que dar.
Por la sierra y al rocío
triste canta el corazón,
tibio como una paloma
que quiere y no ha de volar.
Malhaya no haber qué dar.