martes, 20 de noviembre de 2012

Marenostrum


A ti voy por la costa antigua de mi sangre
como una barca sola, merodeando milenios,
aleteando tus siglos de cantos y conquistas
con las alas sin tiempo que sembraste y me diste.
A ti voy por los vientos que silban desde el norte,
por el aire quemante del desierto africano,
y en mi voz tú respiras albahaca y rosmarino,
y en mis ojos de salvia hay olivos y robles.
A ti se van mis pasos y el corazón nostalgias
de tu sal y tu arena madura lentamente,
hasta que todo en mí se presta a tus oleajes.
A ti se van las horas de esta distancia enorme
que cuento en los latidos que me quitan la vida,
mientras tu nombre hiere mi amor y mi memoria.