martes, 26 de marzo de 2013

Mithrandir, ¿por qué el Mediano? (II)

Parece que Mediano y Héroe, se contraponen. Porque parece que la medianía contradice al arquetipo.

Y no es un asunto cualquiera.

Está en la médula de buena parte de la filosofía moderna, por ejemplo, y crecientemente. Y hay planteos morales terribles detrás de cada una de estas palabras. Aunque habría que entenderlas bien. Tan bien hay que entenderlas, que, de no, los disparates resultan homicidas. Al menos homicidas en lo que el hombre tiene de más íntimo y esencial: su espíritu. Y matar el espíritu es cosa más seria que matar el cuerpo, por decirlo así; cosa que no es novedad pero que no se entiende habitualmente, ni se la considera importante, ni siquiera en los ámbitos más espirituales, incluyendo los religiosos cuando lo son.

Ahora bien.

No es verdad que la medianía -lato sensu- sea mayor y mejor que la -también lato sensu...- arquetipicidad. Como que por ejemplo la singularidad es mayor y mejor que la generalidad, dicho sin demasiadas y debidas precisiones. Pero aun sin precioones es verdad lo mismo: el singular es el arquetipo de hombre y por lo mismo, eo ipso, mayor que quien no lo fuere. Ser plenamente hombre requiere la singularidad.

Sin embargo. Ah, sin embargo...

Son muchos los espíritus penetrantes que han elegido a los Medianos. No solamente Mithrandir. Ni siquiera primera o principalmente él.

Hay muchas variantes de esta preferencia, incluso algunas aplicadas al hombre por extensión de una proposición más amplia, como cuando se sostiene que small is beautiful. Larga y vieja es la lista de afirmaciones de este tipo. En todas sus versiones, la paradoja de la primacía del abajamiento tiene un arraigo fuerte en la tradición espíritual del hombre. Y no solamente en la tradición humana del hombre.

Hay un ejemplo emblemático de la grandeza de lo mínimo inmenso y es claro que es Jesús, el Cristo.

Consonantemente y no por casualidad, Él mismo procede además, por vía materna, de quien dijo que el Mayor sin Tasa, el Primero, el Singularísimo y el Único, Dios, exaltó a los Humildes.

Pero no hay que asombrarse de que la médula del cristianismo sea así de paradojal, pues es de la raíz misma de la divinidad esta forma de formulación de los misterios siempre desconcertante.

Lo noble y alto, sin embargo, es alto y noble y es de una fuerza y entidad tales que no puede ser ignorado y despreciado, sin grave injusticia y sin peligro grave. Y, a la vez, está observado que el último será el primero. Y que lo que despreciaron los sabios es lo que sirve. Y así.

Pero, hay que insistir sin cansarse, si no se entiende bien la naturaleza de esa medianía y la de esa arquetipicidad, el desastre es casi insoluble.

Vaya como agregado -tal vez inquietante, pero hay que decirlo...- el hecho de que la falsificación del cristianismo no parece vaya a ser por la vía de la exaltación de su heroísmo ni de su fuerza y poder y su capacidad intínseca para forjar héroes espirituales, es decir santos.

Aunque la acción misma de esa falsificación no podrá sino resultar sumamente violenta, y no sólo espiritual y hasta psicológicamente, no parece vaya a pasar tal cosa (es decir, la falsificación del cristianismo) sino remedando malévolamente la debilidad del cristianismo, y la cualidad de mediano que resplandece de modo paradojal en el hombre cristiano.

Quién se oponga a Cristo tendrá que querer decir lo que Él dijo, aunque sepa que está diciendo otra cosa: vean que soy manso y humilde de corazón...

Esa medianía querrá ser imitada, pero malévolamente y como parodia. Por lo mismo que no se puede adulterar el cristianismo sino así.


- Oiga, oiga, cumpa..., no sé por qué pero me está entrando un poquitín de miedo con esas cosas que dice...

- Entonces, aquí me quedo. Por ahora. La última cosa que querría es que se asustara justo cuando está por empezar lo más hondo de la cuestión... El hombre asustado no ve ni oye ni entiende nada, créame. Un mediano, si vamos al caso, tiene que ser terriblemente fuerte, para poder resistir -como si le dijera sin las fuerzas del fuerte- las cosas que se le vienen encima...