Pero.
Resulta que la palabrita se cayó en el barro político-mediático y quedó embadurnada de otra suerte.
Así disfrazada, es palabra chicanera y crítica y se usa mediáticamente para ridiculizar o poner en cuestión lo que le sigue al adverbio -señalador de culpa, invariablemente- o poner en cuestión algo anterior a lo que se dice o hace ahora.
Por ejemplo:
Ahora Fulano dice que no conocía a Mengano.
Ahora Perengano afirma que incorporarán modificaciones a la ley equis-equis.
Ahora Sutano desmiente que vaya a ser obligatorio cocinar con grasa de cerdo.
Ahora el vatayón militante controlará a los chinos de los supermercados.
Ahora la UCA obligará a las alumnas a concurrir vestidas a clases.
Y así siguiendo.
No es taaan nuevo, si nos ponemos a ver. Ya se usaba desde antaño, pero coloquialmente:
Mirá vos... Ahora resulta que vos sos la abanderada de los pobres, chorra.
Claaaro, porque entonces ahora hay que creerles a estos hijos de puta que se la pasaron mintiendo...
¿Así que ahora estos cobardes son los guapos...? Pero, dejáme de joder...
Y cosas así, por ejemplo.
En fin.
El día está nublado y húmedo. Ni frío ni tibio ni cálido. Soso, diría.
No hay ni viento ni ná.
Los pájaros cantan a desgano.
Ed io, anche...
Si no fuera por el fuego de la noble salamandra...
Quévacer: tonteras, modas como chicle pegajoso, ingenio pobre esto de usar como ariete el ahora, ahora.
Ya pasará.