A B. A. M. B. A, en su jardín del cielo
Es el verde que ves y no ves.
Es la flor que crece en tu nombre y a tus expensas.
Para mi alegría.
Es tu jardín que no es; y es el mío.
Jazmines y lirios, achiras y salvias, una cala extravagante que creció entre una trepadora, un simpático cebollín. Y las lavandas, ahora entreveradas con las colas de caballo y las margaritas.
Quedan, al final, la magnífica eugenia y el limonero, que la hermana y la cuida.
Allí va tu jardín, y aquí lo dejo.
Para tu gloria en tu Gloria.