Punzante y aguerrido es el viento del este
que al corazón despierta.
Es la tarde florida,
es el viento del este tumultuoso,
es un ardor de nubes en revuelo
y es un cielo celeste.
Es el viento del este,
es la torcaza inquieta de rama en rama,
es esa arboladura sibilante
de casuarinas jóvenes, robustas.
Punzante, el viento ruge.
Y todo se conmueve.
Y el corazón despierta.