Volver a Florencia.
Decirlo es una cosa y lograrlo es otra.
Dante, por ejemplo, es un buen ejemplo.
Jamás volvió y pocas cosas quiso tanto como volver y ser recibido por ella como el poeta de Florencia.
¿Dante, el de Florencia? ¿La Florencia de Dante?
Tal vez, cierta justicia inmanente y poética hizo que Florencia fuera notable por Dante, al final, y no Dante por haber sido de Florencia, como él mismo anheló toda su vida.
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Hace unos meses, un grupo entusiasta pidió la exposición de un trabajo sobre la Commedia de Dante Alighieri, asunto que excede a un servidor en cualquier caso.
En cualquier caso, también, el resultado queda aquí para quien sea gustoso de leerlo.