jueves, 17 de marzo de 2016

Secreto


Hay cosas que son nudos.

Algunos nudos atan y sojuzgan. Otros son ni más ni menos la maraña del corazón o de la mente. Y así en tantas cosas. Hay personas que son nudos. Hechos que lo son. Tiempos enteros, personales, históricos, que son nudos.

A veces, los nudos que digo atan nuestro corazón y nuestra mente como si ataran nuestros pies y no pudiéramos andar. En ocasiones los nudos son ideas, impresiones, datos confusos, información incompleta, verdades a medias, y, con todo y eso, hechos además un ovillo inmanejable. Nos inmovilizan, nos taran y nos dejan en un cero no pacífico sino inquieto y que ahoga. Una nada, pero angustiante.

Desde los afectos hasta la vida de la polis. Desde querer saber hasta ir tras las huellas de los signos de los tiempos.

Un mundo cerrado y oscuro en el que somos como ciegos inválidos, prisioneros de nuestra ignorancia. O de nuestra propia estolidez, o de nuestra soberbia, o del barullo de nuestro corazón.
No es posible deshacer un nudo si no se conoce antes la atadura. 
Es una versión algo libre de una frase de Aristóteles:
ἡ γὰρ ὕστερον εὐπορία λύσις τῶν πρότερον ἀπορουμένων ἐστί, λύειν δ᾽ οὐκ
(está en el Libro III de la Metafísica, 995a, 28)*

Está hablando allí precisamente de las aporías que ciegan nuestro conocimiento y que debemos resolver, disolver, para avanzar. Está hablando de cómo llegar a saber, desatando antes los nudos que atan nuestra inteligencia. El desatarlos es, incluso dice, llegar a saber.

Y ése es el gran secreto. De allí nacen los sabios, en principio. No es suficiente, pero es necesario: conocer la atadura.
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Un modo de ignorarlo es usar el método alejandrino y atropellar el complejísimo nudo de Gordias con el filo de la espada. Dicen que Alejandro dijo: da igual cortarlo que desatarlo.

Alejandro fue hasta los 16 y sólo por 3 años discípulo de Aristóteles. Murió, como se sabe, poco antes de cumplir los 33. Con semejante apuro, tal vez no llegó a meditar lo suficiente lo que su maestro quiso decirle.

El propio Fernando el católico adornó sus armas personales con el lema Tanto monta, que alude al episodio gordiano: tanto monta cortar como desatar.

Muy bien.

Pero me quedo con Aristóteles.

No porque a veces en las cosas de este mundo no haya que cortar. Que sí hay que, a veces. Y a veces es tan difícil cortar como desatar.

Pero hay mayor y mejor sabiduría en desatar que en cortar. Y en conocer la atadura.

Y entonces no monta tanto cortar como desatar.






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* El texto completo de ese pasaje de Aristóteles en la Metafísica, dice:
ἔστι δὲ τοῖς εὐπορῆσαι βουλομένοις προὔργου τὸ διαπορῆσαι καλῶς: ἡ γὰρ ὕστερον εὐπορία λύσις τῶν πρότερον ἀπορουμένων ἐστί, λύειν δ᾽ οὐκ [30] ἔστιν ἀγνοοῦντας τὸν δεσμόν, ἀλλ᾽ ἡ τῆς διανοίας ἀπορία δηλοῖ τοῦτο περὶ τοῦ πράγματος: ᾗ γὰρ ἀπορεῖ, ταύτῃ παραπλήσιον πέπονθε τοῖς δεδεμένοις: ἀδύνατον γὰρ ἀμφοτέρως προελθεῖν εἰς τὸ πρόσθεν. διὸ δεῖ τὰς δυσχερείας τεθεωρηκέναι πάσας πρότερον

En su Comentario a la Metafísica, dice Santo Tomás respecto de este asunto:
Dicit ergo primo, quod ad hanc scientiam, quam quaerimus de primis principiis, et universali veritate rerum, necesse est ut primum aggrediamur ea de quibus oportet, dubitare, antequam veritas determinetur. Sunt autem huiusmodi dubitabilia propter duas rationes. Vel quia antiqui philosophi aliter susceperunt opinionem de eis quam rei veritas habeat, vel quia omnino praetermiserunt de his considerare.

Deinde cum dicit inest autem assignat quatuor rationes suae intentionis:

et primo dicit quod volentibus investigare veritatem contingit prae opere, idest ante opus bene dubitare, idest bene attingere ad ea quae sunt dubitabilia. Et hoc ideo quia posterior investigatio veritatis, nihil aliud est quam solutio prius dubitatorum. Manifestum est autem in solutione corporalium ligaminum, quod ille qui ignorat vinculum, non potest solvere ipsum. Dubitatio autem de aliqua re hoc modo se habet ad mentem, sicut vinculum corporale ad corpus, et eumdem effectum demonstrat. Inquantum enim aliquis dubitat, intantum patitur aliquid simile his qui sunt stricte ligati. Sicut enim ille qui habet pedes ligatos, non potest in anteriora procedere secundum viam corporalem, ita ille qui dubitat, quasi habens mentem ligatam, non potest ad anteriora procedere secundum viam speculationis. Et ideo sicut ille qui vult solvere vinculum corporale, oportet quod prius inspiciat vinculum et modum ligationis, ita ille qui vult solvere dubitationem, oportet quod prius speculetur omnes difficultates et earum causas.