jueves, 28 de septiembre de 2017

De la epifanía


Esperé que en las lunas de este mundo
el silencio del tiempo germinara;
y hasta donde tus eras encontrara,
tracé surcos de mí cada segundo.
Esperé que la siembra se hermanara
con un torrente ávido y fecundo,
como aguacero amante y furibundo
que su miel en lloviznas te donara.
Y esperé. Y esperé. De tanto en tanto,
de tiempo en tiempo, y siempre a la distancia,
soñaba el verde que a mi amor venía.
Hasta que, un día, y como por encanto,
fue un milagro de luz, sobreabundancia
de la fragancia de tu epifanía.




miércoles, 27 de septiembre de 2017

De la rosa


Llega la rosa. Y su rumor sereno
rozó la tarde, floreció la brisa,
y en el blanco de luz de su camisa
vuelvo a ser joven, más sumiso y bueno.
Vuelvo a la edad en que el amor irisa
el aire, en el que duerme quieto el trueno,
porque su voz amansa y pone freno
al corazón, si en furia se me agrisa.
Bellamente la rosa ha convocado
y voy con ella a un tiempo que ha quedado
como semilla en mí que nunca muere.
Bellamente la rosa, en mi costado,
abre su herida que otra vez me hiere
y sangro con su voz, enamorado.





martes, 26 de septiembre de 2017

De la luz


Fue la noche. La sombra siempre al lado,
siempre al lado y adentro, siempre adentro,
en cada parte, en todo y en el centro:
volverse noche opaca, de asombrado.
Y urgar el día, hallar el epicentro
de la sombra y la noche, y, angelado,
por el aire del día rescatado
topar la luz en ti, ir a tu encuentro.
Salir al sol y andar en claridades,
trazar en rayos tu gentil figura,
quebrar la noche y hasta hendir la sombra.
Y es la mañana. Y sus profundidades
arden de amor y son la vestidura
que te viste y que gozo, pues te nombra.



lunes, 25 de septiembre de 2017

Septiembre, 35


Estoy allí y entonces, todavía.
Atardece un jardín, la flor perfuma;
tenue, en un bosque azul, y entre la bruma
de un invierno que pasa, te veía.
El cielo en oro tu sonrisa esfuma;
ya se hace primavera en tu alegría
y un verde de mirar reverdecía
en luz, que luce aún y paz rezuma.
Todo está quieto. Ahora no hay pasado,
ni memoria, ni fecha aniversario.
Pero está vivo el tiempo que viviera.
Y, esta tarde, septiembre me ha llevado
al aire aquel que dije necesario
y a la voz que en tu voz me da y me diera.