miércoles, 8 de noviembre de 2017

Las consecuencias


Amor con amor se paga.

Un pasaje de la Autobiografía de G. K. Chesterton, en el que relata la situación de su espíritu en su juventud, concluye así:
El ateo me decía con prosopopeya que no creía en la existencia de Dios; pero había momentos en que yo no creía ni siquiera en la existencia del ateo.

Creo que el ateo no se habrá quejado en absoluto.

Es un buen gesto ser consecuente. Y hasta es una fina cortesía.

Por ejemplo, ignorar al escéptico.

Amor con amor se paga.